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Una mamada épica
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Una mamada épica La faena amorosa continuó por casi todo el departamento. En la sala, frente a la chimenea, en la mesa de la cocina⦠En cada lugar, justo antes de llegar al clÃÂmax el se frenaba en seco y la llevaba a otro lugar, al parecer querÃÂa que su olor y sus fluidos se impregnen en toda la casa. Ella se dejaba llevar, le divertÃÂa el carrusel, pero su<b> vulva </font></b>la empezaba a sentirse inflamada (40 minutos sin pausas, le parecÃÂan muy, pero muy bien) y apenas si habÃÂan llegado. El paró en seco y le pidió que lo mamara. Ella con gusto retiró el preservativo y lo chupó con gusto, con una mezcla entre agradecimiento y ganas, ya habÃÂa terminado una vez, pero no le dijo para que siguiera esforzándose. Poco después entendió que el sabÃÂa lo que le gustaba, que antes de ese encuentro la habÃÂa escuchado con atención sus confidencias con otros amantes y el que ahora está en proceso de ser su ex marido. En eso de la mamada, ella era una experta. Le chupó hasta los huevos, le acarició las nalgas e intentó rozar su ano. El con mano firme le paró en seco. âÂÂAquàyo doy, tu recibes. Mi culo lo puedes tocar una vez, eso no me gusta, si quieres me lo puedes lamer, pero solo cuando yo te digaâÂÂ. Ella se sorprendió siguiendo sus comandos. Pensaba ÿCómo ella una abogada independiente se dejaba tratar casi como un objeto? Es imposible que este âÂÂmanâÂÂ, que es mi amigo sea tan salvaje..â No tuvo tiempo de terminar sus divagaciones, cuando el le tomó con sus dos manos grandes por la nuca. âÂÂMe vas hacer terminar, no paresâ le ordenó mientras le sujetaba con fuerza y le presionaba contra su pelvis. Su miembro erecto ya le llegaba a la garganta, pero justo antes de llegar el la soltó⦠Respiró otra vez y siguió chupándole el glande y sintió un leve latido, le volvió a tomar por la nuca con fuerza y su pene fue hasta la parte más profunda y justo al llegar, la verga se tensó más y su semen salió con fuerza. El le dijo chúpale, que saca toda la leche⦠Ella obediente lo absorbió casi con fuerza. Sabe bien, que bueno que no comes chancho ni carne de res. El sonrió, sabÃÂa que te gustarÃÂa, soy casi vegano como vos. Siguieron más besos, más caricias hasta la madrugada que fueron a la cama, solo a dormir. Exhaustos solo se abrazaron en cucharita. Justo en ese momento, el al sentir su culo aún caliente se excitó, de inmediato su verga se puso dura como un poste y ella intentó reclamar⦠Solo se dieron tiempo para el ultimo condón del âÂÂwar packâ de Five (su marca favorita) y la penetró recostada de espaldas utilizando las fuerzas y las ganas que le quedaban. Con su mano el sujetaba sus pechos mientras la abrazaba y luego con las dos tomó sus hombros para no asirle con más fuerza y clavarle mas duro. Ella gemÃÂa con gusto, se dejaba hacer, poseer; lo disfrutaba en grande. Al terminar, casi al mismo tiempo se quedaron dormidos, con el pene de el dentro de ella. Cuando despertaron, el condón colgaba igual de flácido que la verga de el. Apenas unas gotas de semen marcaban la sábana celeste. |
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